"La Humanidad no encontrará la paz hasta que no se vuelva con confianza a mi Misericordia" (Diario de Sor Faustina, 300)

jueves, 29 de noviembre de 2012

Ofrecer los sufrimientos a Dios




Santa Faustina sufrió mucho en varias pruebas que tuvo que pasar, nosotros también pasamos por pruebas semejantes, y hemos de pedir fuerzas a Nuestro Señor para que podamos aguantar.

Porque tal vez muchas veces pasamos por situaciones como estas, y lo último que se nos ocurre es que podemos ofrecer todo eso a Dios.

Hemos de recordar en esos momentos también los sufrimientos de Jesús, que Él pasó por todos y cada uno de nosotros, y unirnos a su Pasión.

"Pues ya soy juzgada por todos lados, ya no queda nada de lo que hay en mí que se haya escapado al juicio de las hermanas; pero, en cierto sentido, ya se agotó todo y empezaron a dejarme en paz.

Mi alma atormentada descansó un poco, pero conocí que en aquellas persecuciones el Señor estuvo muy cerca de mí. Eso duro un brevísimo instante.

Estalló nuevamente una violenta tempestad. Ahora las sospechas anteriores se hicieron seguras para ellas, y hay que escuchar nuevamente las mismas canciones. Así lo dispone el Señor.

Pero lo extraño es que, incluso por fuera, empezaran para mi distintas adversidades. Esto provocó distintos sufrimientos, conocidos solamente por Dios. Sin embargo trataba como podía,
hacer todo con la intención más pura posible.

Veo que soy vigilada en todas partes como un ladrón: en la capilla, cuando hago mis deberes, en la celda. Ahora sé que además de la presencia de Dios tengo siempre la presencia humana; de verdad, mas de una vez esta presencia humana me molestó mucho.

Hubo momentos en que reflexionaba si desvestirme o no para lavarme. De verdad, mi pobre cama también fue controlada muchas veces. A veces me daba risa saber que no dejaban en paz ni siquiera la cama. Una hermana me dijo, ella misma, que cada noche me miraba en la celda, para ver como me comportaba en ella.

Sin embargo los Superiores son siempre los Superiores. Y si bien me humillaban personalmente y mas de una vez me llenaron de dudas, no obstante siempre me permitieron lo que exigía el Señor, aunque no tal y como yo pedía, pero si de otro modo satisficieron las demandas del Señor y me permitieron esas penitencias y mortificaciones." (Diario 128)

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