"La Humanidad no encontrará la paz hasta que no se vuelva con confianza a mi Misericordia" (Diario de Sor Faustina, 300)

domingo, 25 de noviembre de 2012

Conferencia sobre la lucha espiritual





(Diario 1760 – 1779)


Hija Mía, quiero instruirte sobre la lucha espiritual.

• Nunca confíes en ti misma, sino que abandónate totalmente a Mi voluntad.
• En el abandono, en las tinieblas y en diferentes dudas recurre a Mí y a tu director espiritual, él te responderá siempre en Mi nombre.
• No te pongas a discutir con ninguna tentación, enciérrate inmediatamente en Mi Corazón y a la primera oportunidad, revélala al confesor.
• Pon el amor propio en el último lugar para que no contamine tus acciones.
• Sopórtate a ti misma con gran paciencia.
• No descuides las mortificaciones interiores.
• Justifica siempre dentro de ti la opinión de las Superioras y del confesor.
• Aléjate de los murmuradores como de una peste. (120)
• Que todos se comporten como quieran, tu compórtate como Yo exijo de ti.
• Observa la regla con máxima fidelidad.
• Después de sufrir un disgusto, piensa qué cosa buena podrías hacer para la persona que te ha hecho sufrir.
• Evita la disipación.
• Calla cuando te amonestan;
• no preguntes la opinión de todos sino de tu director espiritual; con él sé sincera y sencilla como una niña.
• No te desanimes por la ingratitud; no examines con curiosidad los caminos por los cuales te conduzco.
• Cuando el aburrimiento y el desanimo llamen a tu corazón, huye de ti misma y escóndete en Mi Corazón.
• No tengas miedo de la lucha a menudo el solo valor atemoriza las tentaciones, y no se atreven a atacarnos.
• Lucha siempre con esta profunda convicción de que Yo estoy a tu lado.
• No te dejes guiar por el sentimiento, porque él no siempre está en tu poder, todo el merito está en la voluntad.
• Depende siempre de las Superioras en las cosas más pequeñas.
• No te hago ilusiones con la paz (121) y los consuelos, sino que prepárate a grandes batallas.
• Has de saber que ahora estas sobre un escenario donde te observan la tierra y todo el cielo, lucha como un guerrero para que pueda concederte el premio; no tengas mucho miedo, porque no estás sola.
*
• Quiero que seas como un oficial entrenado en la lucha que, entre el estruendo de las balas, sabe dar órdenes a los demás. Igualmente tu, hija Mía, entre las mas grandes dificultades, has de saber dominarte y que nada te aleje de Mi, ni siquiera tus caídas.

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