"La Humanidad no encontrará la paz hasta que no se vuelva con confianza a mi Misericordia" (Diario de Sor Faustina, 300)

sábado, 30 de marzo de 2013

Sábado Santo




" Entonces vi. a Jesús clavado en la cruz.

Después de estar Jesús colgado en ella un momento, vi. toda una multitud de almas crucificadas como Jesús. Vi la tercera muchedumbre de almas y la segunda de ellas.

La segunda infinidad de almas no estaba clavada en la cruz, sino que las almas sostenían fuertemente la cruz en la mano; mientras tanto la tercera multitud de almas no estaba clavada ni sostenía la cruz fuertemente, sino que esas almas arrastraban la cruz detrás de si y estaban descontentas.

Entonces Jesús me dijo: Ves, esas almas que se parecen a Mí en el sufrimiento y en desprecio, también se parecerán a Mi en la gloria; y aquellas que menos se asemejan a Mi en el sufrimiento y en el desprecio, serán menos semejantes a Mí también en la gloria.

La mayor parte de las almas crucificadas pertenecían al estado eclesiástico; vi también almas crucificadas que conozco y eso me dio mucha alegría. De repente Jesús me dijo: En la meditación de mañana reflexionaras sobre lo que has visto hoy. Y en seguida el Señor Jesús desapareció." (D. 446)

Viernes Santo inicia la Novena de la Divina Misericordia




Nuestro Señor le pidió a Santa Faustina que iniciara una novena el día Viernes Santo, y terminando el día anterior al día de la Fiesta de la Misericordia.
Sor Faustina escribió en su Diario: "El Señor me pidió que rezara este rosario (la coronilla) durante los nueve días que preceden a la Fiesta de la Misericordia, comenzando el día de Viernes Santo. Entonces, me dijo: Por esta novena concederé todas las gracias posibles a las almas (11, 197). También se puede hacer esta novena en otros momentos y por cualquier necesidad.

Palabras de Nuestro Señor que Sor Faustina tomó por escrito: 
"Deseo que durante estos nueve días encamines almas hasta el manantial de Mi misericordia, para que encuentren allí la fortaleza, el refugio y toda aquella gracia que necesiten en las penalidades de la vida, y especialmente en la hora de la muerte. 

Cada día traerás a Mi corazón un grupo de almas diferentes y las sumergirás en el océano de Mi misericordia y Yo conduciré todas esas almas a la mansión de Mi Padre... Todos los días implorarás a Mi Padre gracias para esas almas en atención a los méritos de mi amarga Pasión". (1209)

"Yo (Sor Faustina) contesté: Jesús, no sé cómo hacer esta novena y qué almas traer al abrigo de Tu Compasivo Corazón. Jesús contestó que El me haría saber qué almas encaminar hasta su corazón cada día. (Diario HI, pp. 57-65)

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Hay oraciones para cada día Y luego se reza la coronilla de la Divina Misericordia.

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Jueves Santo: aceptar la Voluntad de Dios con sumisión




"(14) 25 III 1937. Jueves Santo. Durante la Santa Misa vi al Señor que me dijo: Apoya tu cabeza sobre Mi pecho y descansa. El Señor me abrazó a su Corazón y dijo: Te daré una pequeña parte de Mi Pasión, pero no tengas miedo, sino que sé valiente; no busques alivio, sino que acepta todo con  sumisión a Mi voluntad. 

Mientras Jesús se despedía de mi, un dolor tan grande estrechó mi alma que es imposible expresarlo. Me abandonaron las fuerzas físicas, Salí rápidamente de la capilla y me acosté en la cama. Me olvidé de lo que pasaba alrededor de mi, mi alma estaba deseando al Señor y toda la amargura de su Corazón divino se comunicó a mí. Eso duró no más de tres horas.

Rogué al Señor que me preservara de la vista de los que me rodeaban. Aunque traté, no pude tomar ningún alimento durante todo el día, hasta la noche. Deseaba ardientemente pasar toda la noche en la oscuridad  con el Señor Jesús. Recé hasta las once, a las once el Señor me dijo: Ve a descansar, te he hecho vivir durante tres horas lo que he sufrido durante toda la noche. Y en seguida me acosté en la cama. 

Estaba completamente sin fuerzas físicas, la pasión me las quitó del todo. Todo el tiempo estaba como desmayada, cada latido del Corazón de Jesús repercutía en mi corazón y traspasaba mi alma. 

Ciertamente si ese martirio hubiera sido solamente mío, habría sufrido menos, pero cuando miraba a Aquel a quien mi corazón había amado con todas las fuerzas, que Él sufría y yo no le podía dar ningún alivio, mi corazón se despedazaba en el amor y la amargura. Agonizaba con Él y no podía morir; pero no cambiaria ese martirio por todas las dichas del mundo.

En ese sufrimiento mi amor aumentó de modo indecible. Sé que el Señor me sostenía con su omnipotencia ya que de otro modo no habría podido resistir ni un momento. Viví junto con Él toda clase de tormentos de modo singular. El mundo no conoce todavía todo lo que Jesús ha sufrido.  Le hice compañía en el Huerto de los Olivos y en la oscuridad del calabozo, en los interrogatorios de los tribunales, estuve con Él en cada etapa de su Pasión; no se ha escapado a mi atención ni un solo movimiento, ni una sola mirada Suya, conocí toda la omnipotencia de su amor y de su misericordia hacia las almas.” (D. 1053-1054)

miércoles, 27 de marzo de 2013

Miércoles Santo





“24 III 1937. Miércoles Santo. Mi corazón anhela a Dios, deseo unirme a Él; un ligero temor atraviesa mi alma y a la vez una llama de amor incendia mi corazón. El amor y el sufrimiento están unidos en mi corazón. 

He experimentado un gran dolor en mi cuerpo, pero siento que el Señor me sostiene, porque de otro modo no lo soportaría. 

Oh Jesús mío, Te ruego por toda la Iglesia: concédele amor y luz de Tu Espíritu, da poder a las palabras de los sacerdotes para que los corazones endurecidos se ablanden y vuelvan a Ti, Señor.

Señor, danos sacerdotes santos; Tu Mismo consérvalos en la santidad.
Oh Divino y Sumo sacerdote, que el poder de Tu misericordia los acompañe en todas partes y los proteja de las trampas y asechanzas del demonio, que están siendo tendidas incesantemente para [atrapar a] las almas de los sacerdotes.
Que el poder de Tu misericordia, oh Señor, destruya y haga fracasar lo que pueda empañar la santidad de los sacerdotes ya que Tú lo puedes todo.” 

(D. 1050-1052)

Martes Santo



En Ti Señor está toda mi esperanza
“Oh Jesús mío, Maestro y Director espiritual, fortifícame, ilumíname en estos momentos difíciles de mi vida, no espero ayuda de parte de los hombres, en Ti toda mi esperanza. 

Siento que estoy sola frente a tus deseos, Señor. A pesar de los temores y la aversión de la naturaleza, cumplo Tu santa voluntad y deseo cumplirla con máxima fidelidad en toda mi vida y en la hora de la muerte. 

Oh Jesús, Contigo puedo todo, haz de mi lo que Te agrade, dame solamente Tu Corazón misericordioso y será suficiente para mí. 

Oh Jesús y Señor mío, ayuda para que se haga de mi lo que has establecido antes de los siglos, estoy lista para cada señal de Tu santa voluntad. Concede luz a mi mente para que pueda conocer cuál es Tu santa voluntad. Concede luz a mi mente para que pueda conocer cuál es Tu santa voluntad.

Oh Dios, que penetras mi alma, Tú sabes que no deseo nada mas sino Tu gloria. Oh, voluntad divina, deleite de mi corazón, alimento de mi alma, luz de mi intelecto, fuerza todopoderosa de mi voluntad, ya que cuando me uno a Tu voluntad, Señor, entonces Tu potencia obra a través de mí, ocupando el lugar de mi débil voluntad. Todos los días trato de cumplir los deseos de Dios.” (D. 650)

Lunes Santo



“Lunes Santo. Rogué al Señor que me permitiera participar en su dolorosa Pasión, para que en el alma y en el cuerpo sintiera su dolorosa Pasión en el grado en que una criatura puede participar, a fin de que sienta toda su amargura. Y el Señor me contestó que me daría esta gracia el jueves, después de la Santa Comunión, de modo singular.” 

“+ Esta noche estaba muriendo un hombre, todavía joven, pero sufría tremendamente. Empecé a rezar por él esta coronilla que me ha ensenado el Señor. La recé toda, sin embargo la agonía se prolongaba.

Quería empezar las Letanías a Todos los Santos, pero de repente oí estas palabras: Reza esta coronilla. Comprendí que esa alma necesitaba muchas oraciones y gran misericordia. Me encerré en mi habitación aislada y me postré en cruz delante de Dios implorando misericordia para esa alma.

Entonces sentí la gran Majestad de Dios y la gran justicia de Dios. Temblaba del espanto, pero no dejaba de suplicar a Dios la misericordia para esa alma, y me he quitado del pecho la pequeña cruz, la cruz de mis votos y la he colocado en el pecho del agonizante y he dicho al Señor: Jesús, mira a esta alma con el amor con que has mirado mi holocausto el día de los votos perpetuos y en virtud de la promesa que has hecho para los agonizantes, a mí y a quienes invoquen Tu misericordia para ellos. Y dejó de sufrir y expiró sereno. Oh Cuánto deberíamos rezar por los agonizantes; aprovechemos la misericordia mientras es el tiempo de compasión.” (D. 1034-1035) 

Domingo de Ramos





“(96) El Domingo de Ramos. Este domingo experimenté de manera singular los sentimientos del dulcísimo Corazón de Jesús; mi espíritu estaba allí donde estaba Jesús. 

Vi a Jesús montado en un burrito, y a los discípulos, y a una gran muchedumbre que iba alegre junto a Jesús con ramos en las manos; y algunos los tiraban bajo los pies donde pasaba Jesús y otros mantenían los ramos en alto, brincando y saltando delante del Señor sin saber qué hacer de alegría. 

Y vi otra muchedumbre que salió al encuentro de Jesús, con rostros igualmente alegres y con ramos en las manos, gritando sin cesar de alegría; había también niños pequeños, pero Jesús estaba muy serio; el Señor me dio a conocer lo mucho que sufría en aquellos momentos. Yo no veía nada fuera de Jesús, que tenía el Corazón saturado por la ingratitud (de los hombres].” (D. 642)

“10 IV [1938] Domingo de Ramos. Estuve en la Santa Misa, pero no tuve fuerza para ir a buscar la palma. Me sentía tan débil que apenas pude resistir durante el tiempo de la Santa Misa. 

A lo largo de la Santa Misa Jesús me dio a conocer el dolor de su alma y sentí claramente como los himnos Hosanna resonaban dolorosamente en su Sagrado Corazón. 

También mi alma fue inundada de un mar de amargura y cada Hosanna me traspasaba el corazón por completo. Toda mi alma fue atraída a la cercanía de Jesús. Oí la voz de Jesús: Hija Mía, tu compasión de Mi es un alivio para Mi, tu alma adquiere una belleza particular meditando Mi Pasión.” (D. 1657)

viernes, 22 de marzo de 2013

ORACIÓN QUE SALVA A MILLONES DE PECADORES QUE VAN CAMINO DEL INFIERNO, PORQUE ESTÁN EN PECADO MORTAL Y NO TIENEN QUIEN RECE POR ELLOS




¡Oh, Jesús, Redentor del hombre!, que tanto sufriste por el amor y la salvación de los pecadores, sabiendo que no todos iban a aceptar tu Sacrificio...

Yo quiero unirme a esos Tus sentimientos de Amor, de Perdón y Misericordia, y pedirte en este día la salvación de mil pecadores por cada latido de mi pobre corazón, unidos a los latidos del vuestro y a los del Corazón Inmaculado de María, vuestra Santísima Madre y nuestra, que nos disteis al pie de la Cruz.

Os lo suplico, por vuestra Preciosa Sangre y vuestra Divina Misericordia. Amén

miércoles, 20 de marzo de 2013

No hay alma que no tenga el deber de orar, porque toda gracia fluye por medio de la oración




" La oración. A través de la oración el alma se arma para enfrentar cualquier batalla.
 En cualquier condición en que se encuentre un alma, debe orar.

Tiene que rezar el alma pura y bella, porque de lo contrario perdería su belleza;
 tiene que implorar el alma que tiende a la pureza, porque de lo contrario no la alcanzaría;
 tiene que suplicar el alma recién convertida, porque de lo contrario caería nuevamente;
tiene que orar el alma pecadora, sumergida en los pecados, para poder levantarse.

Y no hay alma que no tenga el deber de orar, porque toda gracia fluye por medio de la oración." (D. 146)

¡Bienvenido Papa Francisco !




¡Gracias a Dios por este nuevo Papa que nos ha dado!
Encomendémoslo a la Divina Misericordia para que Nuestro Señor lo cuide, guíe y proteja siempre.

Aquí una oración de Santa Faustina por la Iglesia y los sacerdotes:

"Oh Jesús mio, Te ruego por toda la Iglesia: concédele amor y luz de Tu Espíritu, da poder a las palabras de los sacerdotes para que los corazones endurecidos se ablanden y vuelvan a Ti, Señor.

Señor, danos sacerdotes santos; Tu Mismo consérvalos en la santidad.

Oh Divino y Sumo Sacerdote, que el poder de Tu misericordia los acompañe en todas partes y los proteja de las trampas y asechanzas del demonio, que están siendo tendidas incesantemente para [atrapar a] las almas de los sacerdotes.

Que el poder de Tu misericordia, oh Señor, destruya y haga fracasar lo que pueda empañar la santidad de los sacerdotes ya que Tú lo puedes todo" (D. 1052)

Tener una devoción especial a San José






"San José me pidió tenerle una devoción constante. Él mismo me dijo que rezara diariamente tres oraciones y el Acuérdate una vez al día.
Me miró con gran bondad y me explicó lo mucho que está apoyando esta obra.

Me prometió su especialísima ayuda y protección.
Rezo diariamente las oraciones pedidas y siento su protección especial." (D. 1203)

miércoles, 13 de marzo de 2013


Os anuncio un gran gozo:
Tenemos Papa:

El argentino Jorge Mario Bergoglio es el nuevo papa, Francisco I
el eminentísimo y reverendísimo Señor,
Don Jorge Mario,
Cardenal de la Santa Iglesia Romana,
que se ha impuesto el nombre de
Francisco 

Junto a Su Santidad Benedicto XVI,
prometemos 
"reverencia y obediencia incondicional"

"Las almas que veneran y glorifican Mi misericordia no irán al infierno"





"...las almas que veneran y glorifican Mi misericordia de modo especial y sumérgelas en Mi misericordia. 

Estas almas son las que más lamentaron Mi Pasión y penetraron más profundamente en Mi espíritu  Ellas son un reflejo viviente de Mi Corazón compasivo. 

Estas almas resplandecerán con un resplandor especial en la vida futura. Ninguna de ellas irá al fuego del infierno. Defenderé de modo especial a cada una en la hora de la muerte.

Jesús misericordiosísimo, cuyo Corazón es el amor mismo, acoge en la morada de Tu compasivísimo Corazón a las almas que veneran y ensalzan de modo particular la grandeza de Tu misericordia. Estas almas son fuertes con el poder de Dios Mismo.

En medio de toda clase de aflicciones y adversidades siguen adelante confiadas en Tu misericordia, y unidas a Ti, cargan sobre sus hombros a toda la humanidad. Estas almas no serán juzgadas severamente, sino que Tu misericordia las protegerá en la hora de la muerte.

El alma que ensalza la bondad de su Señor
Es por Él particularmente amada.
Está siempre al lado de la fuente viva
Y saca gracias de la Divina Misericordia.

Padre eterno, mira con misericordia a aquellas almas que glorifican y veneran Tu mayor atributo, es decir, Tu misericordia insondable y que están encerradas en el compasivisimo Corazón de Jesús. Estas almas son un Evangelio viviente, sus manos están llenas de obras de misericordia y sus corazones, desbordantes
de gozo, Te cantan, oh Altisimo, un cántico de misericordia.

Te suplico, oh Dios, muéstrales Tu misericordia según la esperanza y la confianza que han puesto en Ti. Que se cumpla en ellas la promesa de Jesús quien les dijo: A las almas que veneren esta infinita misericordia Mía, Yo Mismo las defenderé como Mi gloria durante sus vidas y especialmente en la hora de la muerte."

(D. 1224-1225)

"Oh alma pecadora: Mi misericordia es más grande que tu miseria y la del mundo entero"





La Misericordia de Dios oculto en el Santísimo Sacramento; la voz del Señor que nos habla desde el trono de la misericordia: Venid a Mí todos.

Diálogo de Dios misericordioso con el alma pecadora:

Nos dice Jesús: No tengas miedo, alma pecadora, de tu Salvador; Yo soy el primero en acercarme a ti, porque sé que por ti misma no eres capaz de ascender hacia Mí. No huyas hija, de tu Padre; desea hablar a solas con tu Dios de la Misericordia que quiere decirte personalmente las palabras de perdón y colmarte de Sus gracias. Oh, cuánto Me es querida tu alma. Te he asentado en Mis brazos. Y te haz grabado como una profunda herida en Mi Corazón.

El alma: Señor, oigo tu voz que me llama a abandonar el mal camino, pero no tengo ni valor ni fuerza.

Jesús: Yo soy tu fuerza, Yo te daré fuerza para luchar.

El alma: Señor, conozco Tu santidad y tengo miedo de Ti.

Jesús: ¿Por qué tienes miedo, hija Mía, del Dios de la Misericordia? Mi santidad no Me impide ser misericordioso contigo. Mira alma, por ti he instituido el trono de la misericordia en la tierra y este trono es el tabernáculo y de este trono de la misericordia deseo bajar a tu corazón. Mira, no Me he rodeado ni de séquito ni de guardias , tienes el acceso a Mí en cualquier momento, a cualquier hora del día deseo hablar contigo y concederte gracias.

El alma: Señor, temo que no me perdones un número tan grande de pecados; mi miseria me llena de temor.

Jesús: Mi misericordia es más grande que tu miseria y la del mundo entero. ¿Quién ha medido Mi bondad? Por ti bajé del cielo a la tierra, por ti dejé clavarme en la cruz, por ti permití que Mi Sagrado Corazón fuera abierto por una lanza, y abrí la Fuente de la Misericordia para ti. Ven y toma las gracias de esta fuente con el recipiente de la confianza. Jamás rechazaré un corazón arrepentido, tu miseria se ha hundido en el abismo de Mi misericordia. ¿Por qué habrías de disputar Conmigo sobre tu miseria? Hazme el favor, dame todas tus penas y toda tu miseria y Yo te colmaré de los tesoros de Mis gracias.

El alma: Con Tu bondad haz vencido, oh Señor, mi corazón de piedra; heme aquí acercándome con confianza y humildad al tribunal de Tu misericordia, absuélveme Tu Mismo por la mano de Tu representante. Oh Señor, siento que la gracia y la paz han fluido a mi pobre alma. Siento que Tu misericordia, Señor, ha penetrado mi alma en su totalidad. Me has perdonado más de cuanto yo me atrevía esperar o más de cuanto era capaz de imaginar. Tu bondad ha superado todos mis deseos. Y ahora Te invito a mi corazón, llena de gratitud por tantas gracias. Había errado por el mal camino como el hijo pródigo, pero Tú no dejaste de ser mi Padre. Multiplica en mí Tu misericordia, porque ves lo débil que soy.

Jesús: Hija, no me hables más de tu miseria, porque Yo ya no Me acuerdo de ella. Escucha, niña Mía, lo que deseo decirte: estréchate a Mis heridas y saca de la fuente de la vida todo lo que tu corazón pueda desear. Bebe copiosamente de la fuente de la vida y no pararás durante el viaje. Mira el resplandor de Mi misericordia y no temas a los enemigos de tu salvación. Glorifica Mi misericordia."

(Diario 1485)

La verdadera grandeza del alma consiste en amar a Dios y humillarse en su presencia



12 V 1935. "En un momento, por la noche, apenas me acosté, me dormí, pero si me dormí rápidamente, más rápidamente todavía fui despertada. Vino a mí un Niño pequeño y me despertó.

Este Niño podía tener cerca de un año y me sorprendí de que hablara muy bien, ya que los niños de esta edad no hablan nada o hablan de manera poco comprensible.

Era indeciblemente bello, parecido al Niño Jesús y me dijo estas palabras: Mira al cielo. Y cuando miré al cielo, vi. las estrellas brillantes y la luna.

Ese Niño me preguntó: ¿Ves la luna y las estrellas? Contesté que las veía y Él me replicó con estas palabras: Aquellas estrellas son las almas de los cristianos fieles y la luna son las almas consagradas. Ves la gran diferencia de luz que hay entre la luna y las estrellas, igual de grande es en el cielo la diferencia entre el alma de un religioso y la de un cristiano fiel. Y continúo que la verdadera grandeza está en amar a Dios y en la humildad. " (D. 424)

"Cuando me quedé a solas con la Santísima Virgen, me instruyó sobre la vida interior. Me dijo: La verdadera grandeza del alma consiste en amar a Dios y humillarse en su presencia, olvidarse por completo a si mismo y tenerse por nada, porque el Señor es grande, pero se complace sólo en los humildes mientras rechaza siempre a los soberbios." (D. 1711)

Nuestras más grandes miserias son nada ante la Misericordia de Dios





"...Terminada la hora fui delante del Santísimo sacramento y como la miseria y la nada más grandes, le supliqué por su misericordia y que se dignara sanar y purificar mi pobre alma. De repente oí estas palabras:  

Hija Mía, todas tus miserias han sido quemadas en el fuego de Mi amor, como una pajita arrojada en unas llamas enormes. Y con esta humillación atraes a ti y a otras almas todo el mar de Mi misericordia.

Y contesté: Jesús, forma mi pobre corazón según Tu divina complacencia." (D.174)

lunes, 11 de marzo de 2013

Enseñar el Catecismo es la obra de misericordia espiritual más grande a los ojos de Dios




San Miguel Febres Cordero y el Catecismo

Como sabemos, es una obra de misericordia espiritual "Enseñar al que no sabe", y que mejor que enseñar que los Mandamientos de Dios y el catecismo.


«Enseñar al que no sabe.» El intelecto humano es un don de Dios, y El quiere que lo utilicemos. Toda verdad, tanto humana como sobrenatural, refleja la infinita perfección de Dios.

En consecuencia, cualquiera que contribuya al desarrollo de la mente, formándola en la verdad, está haciendo una obra auténticamente cristiana, si se mueve por amor a Dios y al prójimo. Aquí los padres tienen el papel más importante, seguidos inmediatamente de los maestros, también los que enseñan asignaturas profanas, porque toda verdad es de Dios. No es difícil ver la razón que hace de la enseñanza tan noble vocación, una vocación que puede ser camino real a la santidad.

Naturalmente el conocimiento religioso es el de mayor dignidad. Los que dan clases de catecismo practican esta obra de misericordia en su forma más plena. Incluso quienes ayudan a construir y sostener escuelas católicas y centros catequísticos, tanto en nuestra patria como en centros de misión, comparten el mérito que proviene de «enseñar al que no sabe».

Nos parecemos más a Dios cuando perdonamos al projimo. Dios es amor, bondad y misericordia





"Quien sabe perdonar, se prepara muchas gracias de parte de Dios.  Siempre que mire la cruz, perdonaré sinceramente." (D. 390)

"20 VI [1937]. Nos parecemos más a Dios cuando perdonamos al prójimo. Dios es amor, bondad y
misericordia….  
  
Cada alma y especialmente el alma consagrada debe reflejar en sí Mi misericordia. Mi Corazón está colmado de piedad y de misericordia para todos. 

El corazón de Mi esposa tiene que ser semejante a Mi Corazón, de su corazón tiene que brotar el manantial de Mi misericordia para las almas, si no la desconoceré." (D. 1148)


"... incluso el mas pobre, ya que es triple el modo de hacer una obra de misericordia: la palabra misericordiosa, perdonando y consolando; segundo, cuando no es posible con la palabra, entonces rezando y esto tambien es una obra de misericordia; tercero, las obras de misericordia.
 Y cuando llegue el ultimo dia, seremos juzgados de esto y según esto recibiremos la sentencia eterna." (D. 1158)

Di a las almas que es en el tribunal de la misericordia donde han de buscar consuelo



"Escribe de Mi Misericordia. Di a las almas que es en el tribunal de la misericordia donde han de buscar consuelo; allí tienen lugar los milagros más grandes y se repiten incesantemente.

Para obtener este milagro no hay que hacer una peregrinación lejana ni celebrar algunos ritos exteriores, sino que basta acercarse con fe a los pies de Mi representante y confesarle con fe su miseria y el milagro de la Misericordia de Dios se manifestará en toda su plenitud.

Aunque un alma fuera como un cadáver descomponiéndose de tal manera que desde el punto de vista humano no existiera esperanza alguna de restauración y todo estuviese ya perdido. No es así para Dios.

El milagro de la Divina Misericordia restaura a esa alma en toda su plenitud. Oh infelices que no disfrutan de este milagro de la Divina Misericordia; lo pedirán en vano cuando sea demasiado tarde." (D. 1448)

Mi misericordia actúa en todos los corazones que le abren su puerta



"Diles a las almas que no pongan obstáculos en sus propios corazones a Mi misericordia que desea muchísimo obrar en ellos. 

Mi misericordia actúa en todos los corazones que le abren su puerta; tanto el pecador como el justo necesitan  Mi misericordia. 

La conversión y la perseverancia son las gracias de Mi misericordia"  (D. 1557)

jueves, 7 de marzo de 2013

Pedir luz a Dios para elegir bien al Director Espiritual




"+Diré una palabra más sobre el director de mi alma. Una cosa extraña es que sean tan pocos los sacerdotes que saben infundir al alma fortaleza, y ánimo, y valor de modo que el alma, sin cansarse, avanza siempre. Bajo una dirección de esta clase, el alma, aunque disponiendo de poca fuerza, puede hacer mucho para la gloria de Dios.

Y he conocido con esto un secreto, a saber, que el confesor, es decir, el director espiritual no menosprecia las cosas pequeñas que el alma le expone. Y el alma, al darse cuenta de que está controlada en esto, comienza a ejercitarse y no omite la mas pequeña ocasión de virtud y evita también las mas pequeñas faltas, y de esto, como de pequeñas piedras surge el magnifico templo del alma.

Y al contrario: si el alma se da cuenta de que el confesor menosprecia esas pequeñas cosas, también ella comienza a despreciarlas, dejará de dar cuenta de ellas al confesor, y aun peor, comenzará a descuidarse de las cosas pequeñas, y así, en vez de avanzar, retrocede poco a poco. Y el alma se da cuenta de ello sólo al caer ya en las cosas mas graves.

Y ahora surge una pregunta seria ¿de quién es la culpa? ¿De ella o del confesor, es decir, del director espiritual? Aquí me refiero más bien al director espiritual. Me parece que toda la culpa debe ser imputada al director espiritual imprudente; y al alma hay que atribuirle solamente este error de haber elegido al director espiritual por sí sola. El director espiritual había podido guiar bien al alma por los caminos de la voluntad de Dios hacia la santidad." (D. 937)

Todo lo bueno que somos y tenemos nos lo da Dios



"Oh Santa Trinidad, Único Dios, inconcebible en la grandeza de la misericordia hacia las criaturas y especialmente hacia los pobres pecadores.

Has revelado el abismo de Tu misericordia inconcebible, impenetrable para toda mente humana o angélica. Nuestra nulidad y nuestra miseria se hunden en Tu grandeza.

Oh Bondad infinita, ¿Quién puede adorarte dignamente? ¿hay algún alma que entienda tu amor? Oh Jesús, tales almas existen, pero son pocas." (Diario 361)

"Oh Santa Trinidad, Dios eterno, deseo resplandecer en la corona de Tu misericordia como una piedra pequeñita cuya belleza depende de la luz de Tu rayo y de Tu misericordia inconcebible.

Todo lo que hay de bello en mi alma, es Tuyo, oh Dios; yo de por mi siempre soy nada". (Diario 617)

La gracia de Dios nos da fortaleza para aceptar Su voluntad




"Cuando salí al pasillo, en seguida tuve un gran sufrimiento y humillación por parte de cierta persona.

Lo acepté sometiéndome a la voluntad superior y me estreché profundamente al Sacratísimo Corazón de Jesús, el Señor, dando a conocer que estaba dispuesto a aquello a lo que me había ofrecido.

El sufrimiento brotó como de debajo de la tierra, la misma Madre Margarita se extrañó. A las otras se les perdonan muchas cosas, porque de verdad, no vale la pena hacerles caso, pero a mi no se me perdona nada, cada palabra es analizada, cada paso controlado.

Una de las hermanas me dijo: 'Prepárese, hermana, a aceptar una pequeña cruz que la espera de parte de la Madre Superiora, ¡cuánto lo siento por usted!'.

Y yo en mi alma estoy contenta de eso y desde hace mucho tiempo estoy preparada para ello. Al ver mi valor, se sorprendió.

Ahora veo que el alma de por sí no puede mucho, pero con Dios puede todo. He aquí lo que puede la gracia de Dios. Son pocas las almas que siempre están atentas a la inspiración de Dios, pero aun menos numerosas son las almas que siguen fielmente la inspiración de Dios." (D.138)

Oración al Sagrado Corazón




"Te saludo, misericordiosísimo Corazón de Jesús,
Viva fuente de toda gracia,
Único amparo y refugio nuestro,
En ti tengo la luz de la esperanza.

Te saludo, Corazón piadosísimo de mi Dios,
Insondable, viva fuente de amor,
De la cual brota la vida para los pecadores,
Y los torrentes de toda dulzura.

Te saludo, Herida abierta del Sacratísimo Corazón,
De la cual salieron los rayos de la misericordia
Y de la cual nos es dado sacar la vida,
Únicamente con el recipiente de la confianza.

Te saludo, inconcebible bondad de Dios,
Nunca penetrada e insondable,
Llena de amor y de misericordia, siempre santa,
Y como una buena madre inclinada sobre nosotros.

Te saludo, Trono de la misericordia, Cordero de Dios,
Que has ofrecido la vida por mí,
Ante el cual mi alma se humilla cada día,
Viviendo en una fe profunda."

(D. 1321)

miércoles, 6 de marzo de 2013

Oh Jesús mío, no hay nada mejor para un alma que las humillaciones






"Oh Jesús mío, no hay nada mejor para un alma que las humillaciones.

En el desprecio está el secreto de la felicidad; cuando el alma llega a conocer que es una nulidad, la miseria personificada y que todo lo que tiene de bueno en si misma, es exclusivamente don de Dios, cuando el alma ve que todo lo que tiene en si le ha sido dado gratuitamente y que de si tiene solamente la miseria, esto la mantiene continuamente humilde delante de la Majestad de Dios y Dios, viendo tal disposición del alma, la persigue con sus gracias.

Cuando el alma se hunde en el abismo de su miseria, Dios hace uso de su omnipotencia para enaltecerla. Si hay en la tierra un alma verdaderamente feliz, ésta es solamente un alma verdaderamente humilde.

Al principio el amor propio sufre mucho a causa de eso, pero si el alma enfrenta valerosamente repetidos combates, Dios le concede mucha luz en la que ella ve lo miserable y engañoso que es todo.

En su corazón esta solamente Dios; un alma humilde no confía a si misma, sino que pone su confianza en Dios. Dios defiende al alma humilde y Él Mismo se introduce en las cosas de ella y entonces el alma permanece en máxima felicidad que nadie puede comprender." (Diario 593)

Al que haya depositado su confianza en Mi misericordia, en la hora de la muerte le colmaré el alma con Mi paz divina



Hoy el Señor me dijo: He abierto Mi Corazón como una Fuente viva de Misericordia. Que todas las almas tomen vida de ella. 

Que se acerquen con gran confianza a este mar de misericordia. 

Los pecadores obtendrán la justificación y los justos seran fortalecidos en el bien. 

Al que haya depositado su confianza en Mi misericordia, en la hora de la muerte le colmaré el alma con Mi paz divina. (D. 1520)

El amor de Dios hace al alma libre




"El amor es un misterio que transforma todo lo que toca en cosas bellas y agradables a Dios.

El amor de Dios hace al alma libre; es como una reina que no conoce el constreñimiento del esclavo, emprende todo con gran libertad del alma, ya que el amor que vive en ella es el estimulo para obrar.

Todo lo que la rodea, le da a conocer que solamente Dios es digno de su amor.

El alma enamorada de Dios y en Él sumergida, va a sus deberes con la misma disposición con que va a la Santa Comunión y cumple también las acciones mas simples con gran esmero, bajo la mirada amorosa de Dios; no se turba si con el tiempo alguna cosa resulta menos lograda, ella está tranquila porque en el momento de obrar hizo lo que estaba en su poder.

Cuando sucede que la abandona la viva presencia de Dios, de la que goza casi continuamente, entonces procura vivir de la fe viva; su alma comprende que hay momentos de descanso y momentos de lucha. Con la voluntad está siempre con Dios.

Su alma es como un oficial adiestrado en la lucha, desde lejos ve dónde se esconde el enemigo y está preparada para el combate, ella sabe que no está sola; Dios es su fortaleza." (Diario 890)

lunes, 4 de marzo de 2013

Cuaresma, tiempo para unirnos a los sufrimientos de Nuestro Señor





"Ahora, en esta Cuaresma, a menudo siento la Pasión del Señor en mi cuerpo; todo lo que sufrió Jesús, lo vivo profundamente en mi corazón, aunque por fuera mis sufrimientos no se delatan por nada, solamente el confesor sabe de ellos.

Una breve conversación con la Madre Maestra. Cuando le pregunté por algunos detalles para progresar en la vida interior, esta santa Madre me contestó a todo con gran claridad de argumentos.

Me dijo: Si usted, hermana, continúa cooperando así con la gracia de Dios, estará a un paso de una estrecha unión con Dios. Usted, comprende en que sentido lo digo. Que la fidelidad a la gracia del Señor sea su característica. No a todas las almas Dios las conduce por este camino." (D. 203-204)

La tristeza no vendrá a un corazón que ama la voluntad de Dios





"1937. La tristeza no vendrá a un corazón que ama la voluntad de Dios. Mi corazón, lleno de nostalgia por Dios, experimenta toda la miseria del destierro.

Avanzo con arrojo, a mi patria, aunque se hieran los pies y en este camino me alimento de la voluntad de Dios, ella es mi alimento. Sostenedme, oh felices habitantes de la patria celestial, para que vuestra hermana no pare en el camino.

Aunque hay un terrible desierto, camino con la frente alta y miro hacia el sol, es decir al misericordioso Corazón de Jesús." (D. 886) 

"En el terrible desierto de la vida,
Oh mi dulcísimo Jesús,
 Protege a las almas del desastre,
Ya que eres el manantial de la misericordia.

Que el resplandor de Tus rayos,
Oh dulce Guía de nuestras almas,
Con la misericordia cambie el mundo,
Y al recibir esta gracia, sirva a Jesús.

Debo recorrer un largo camino escarpado
Pero no tengo miedo de nada,
Porque para mi brota la fuente pura de misericordia,
Y con ella fluye la fuerza para los humildes.

Estoy agotada y rendida,
Pero la conciencia me da testimonio,
De que hago todo para la mayor gloria de Dios,
El Señor es mi descanso y mi herencia." (D. 1000)

Que cada alma medite lo que Jesús sufría en la Pasión





"La Cuaresma.
 Cuando me sumerjo en la Pasión del Señor, a menudo en la adoración veo al Señor Jesús bajo este aspecto: después de la flagelación los verdugos tomaron al Señor y le quitaron su propia túnica que ya se había pegado a las llagas; mientras la despojaban volvieron a abrirse sus llagas.

Luego vistieron al Señor con un manto rojo, sucio y despedazado sobre las llagas abiertas. El manto llegaba a las rodillas solamente en algunos lugares.

Mandaron al Señor sentarse en un pedazo de madero y entonces trenzaron una corona de espinas y ciñeron con ella la Sagrada Cabeza; pusieron una caña en su mano, y se burlaban de Él homenajeándolo como a un rey. Le escupían en la Cara y otros tomaban la caña y le pegaban en la Cabeza; otros le producían dolor a puñetazos, y otros le taparon la Cara y le golpeaban con los puños. Jesús lo soportaba silenciosamente.

¿Quién puede entender, su dolor? Jesús tenía los ojos bajados hacia la tierra. Sentí lo que sucedía entonces en el dulcísimo Corazón de Jesús. Que cada alma medite lo que Jesús sufría en aquel momento. Competían en insultar al Señor. Yo pensaba ¿de dónde podía proceder tanta maldad en el hombre? La provoca el pecado. Se encontraron el Amor y el pecado." (D. 408)