"La Humanidad no encontrará la paz hasta que no se vuelva con confianza a mi Misericordia" (Diario de Sor Faustina, 300)

miércoles, 27 de marzo de 2013

Lunes Santo



“Lunes Santo. Rogué al Señor que me permitiera participar en su dolorosa Pasión, para que en el alma y en el cuerpo sintiera su dolorosa Pasión en el grado en que una criatura puede participar, a fin de que sienta toda su amargura. Y el Señor me contestó que me daría esta gracia el jueves, después de la Santa Comunión, de modo singular.” 

“+ Esta noche estaba muriendo un hombre, todavía joven, pero sufría tremendamente. Empecé a rezar por él esta coronilla que me ha ensenado el Señor. La recé toda, sin embargo la agonía se prolongaba.

Quería empezar las Letanías a Todos los Santos, pero de repente oí estas palabras: Reza esta coronilla. Comprendí que esa alma necesitaba muchas oraciones y gran misericordia. Me encerré en mi habitación aislada y me postré en cruz delante de Dios implorando misericordia para esa alma.

Entonces sentí la gran Majestad de Dios y la gran justicia de Dios. Temblaba del espanto, pero no dejaba de suplicar a Dios la misericordia para esa alma, y me he quitado del pecho la pequeña cruz, la cruz de mis votos y la he colocado en el pecho del agonizante y he dicho al Señor: Jesús, mira a esta alma con el amor con que has mirado mi holocausto el día de los votos perpetuos y en virtud de la promesa que has hecho para los agonizantes, a mí y a quienes invoquen Tu misericordia para ellos. Y dejó de sufrir y expiró sereno. Oh Cuánto deberíamos rezar por los agonizantes; aprovechemos la misericordia mientras es el tiempo de compasión.” (D. 1034-1035) 

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