"La Humanidad no encontrará la paz hasta que no se vuelva con confianza a mi Misericordia" (Diario de Sor Faustina, 300)

sábado, 25 de mayo de 2013

Cada vez que vienes a Mí humillándote y pidiendo perdón, Yo derramo sobre tu alma una inmensidad de gracias




"Cuando he caído nuevamente en el mismo error a pesar del propósito sincero de evitarlo, aunque esta caída era una pequeña imperfección y mas bien involuntaria, no obstante sentí en el alma un dolor tan vivo que interrumpí  mi trabajo y fui por un momento a la capilla, y caí a los pies de Jesús; con amor y con gran dolor pedí perdón al Señor, tanto mas avergonzada que por la mañana, hablando con Él después de la Santa Comunión le prometí fidelidad.

De repente escuché estas palabras: Si no hubiera sucedido esta pequeña imperfección no habrías venido a Mí. Has de saber que cada vez que vienes a Mí humillándote y pidiendo perdón, Yo derramo sobre tu alma una inmensidad de gracias y tu imperfección desaparece ante Mí y veo solamente tu amor y tu humildad. No pierdes nada, sino que ganas mucho….." (D. 1293)

Tener siempre pureza de intención




"¡Oh tesoro inagotable de la pureza de la intención que haces perfectas y tan agradables a Dios todas nuestras acciones!

Oh Jesús, Tú sabes que débil soy, por eso quédate siempre conmigo, guía mis acciones, todo mi ser. Tú, mi mejor Maestro. 

De verdad, oh Jesús, me invade el miedo cuando veo mi miseria, pero a la vez me tranquilizo viendo Tu misericordia insondable que es más grande que mi miseria desde toda una eternidad. 

Y esta disposición de ánimo me reviste de Tu poder. Oh gozo que se deriva del conocimiento de mi misma, Oh verdad inmutable. Eterna es Tu firmeza." (D. 66)

No tengas miedo de la lucha espiritual, Yo estoy siempre a tu lado




…No tengas miedo de la lucha, a menudo el solo valor atemoriza las tentaciones, y no se atreven a atacarnos. 

Lucha siempre con esta profunda convicción  de que Yo estoy a tu lado. 

No te dejes guiar por el sentimiento, porque él no siempre está en tu poder, todo el merito está en la voluntad…(D.1760)

Agradecer las gracias que Dios nos dá



+ ...Por la noche Jesús me dio el tema de la meditación. En el primer momento el temor y la alegría  penetraron mi corazón. Entonces me estreché a su Corazón y el temor desapareció y se quedó la alegría.

Me sentí por completo como hija de Dios, y el Señor me dijo:  

No tengas miedo de nada, lo que está  vedado a los demás, te está concedido a ti; las gracias que a otras almas no les está concedido ver ni  siquiera desde lejos, te nutren a ti cada día como el pan cotidiano." (D.  1753)

Aceptar los sufrimientos con amor




"…Ahora te instruiré en qué consistirá este holocausto en la vida cotidiana para preservarte de las ilusiones. 

Aceptarás con amor todos los sufrimientos; no te aflijas si muchas veces tu corazón  siente repugnancia y aversión por este sacrificio. 

Todo su poder está encerrado en la voluntad, por lo tanto los sentimientos contrarios no sólo no disminuyen este sacrificio a Mis ojos, sino que lo  hacen más grande. 

Has de saber que tu cuerpo y tu alma estarán a menudo en el fuego. Aunque en algunas horas no Me sientas, pero Yo estaré junto a ti. No tengas miedo, Mi gracia estará contigo…. "

(D. 1767)

Prepararnos para aceptar las gracias que Jesús quiere darnos





"Una vez, después de la Santa Misa salí al jardín para hacer la meditación; como a esa hora todavía no había pacientes, estaba relajada.
 Cuando meditaba sobre los beneficios de Dios, mi corazón se inflamó de un amor tan  fuerte que me parecía que me reventaría el pecho. 

De repente Jesús se puso a mi lado y dijo: ¿Qué haces por aquí tan temprano? Contesté: Medito sobre Ti, sobre Tu misericordia y sobre la bondad hacia nosotros. 

Y Tu,  Jesús, ¿qué haces aquí? He salido a tu encuentro para colmarte de nuevas gracias. Busco las almas que quieran aceptar Mi gracia."  (D. 1705)

Pedir a Dios el conocimiento de nuestra fragilidad para apoyarnos siempre en El




"En aquel momento vi a Jesús de Cuyo Corazón salían los dos mismo rayos y me envolvieron toda. En  aquel mismo instante desaparecieron mis tormentos.

Hija Mía, dijo el Señor, has de saber que lo que  has pasado ahora, es lo que eres por ti misma; y sólo por fuerza de Mi gracia eres participe de la  vida eterna y de todos los dones que te concedo generosamente. 

Y con estas palabras del Señor ha  venido un verdadero conocimiento de mi misma. Jesús me enseña una humildad profunda y al mismo tiempo una confianza absoluta en Él.

Mi corazón está reducido a cenizas, a polvo y aunque toda la gente  me despreciara, lo consideraría una gracia también. Siento y estoy profundamente convencida de  ser una nulidad, de que las verdaderas humillaciones serán mi alivio" (D. 1559)

sábado, 18 de mayo de 2013

Origen de la Coronilla de la Divina Misericordia




474 (...) Viernes 13 de abril de 1935.

Por la tarde, estando yo en mi celda, vi al ángel, ejecutor de la ira de Dios. Tenía una túnica clara, el rostro resplandeciente; una nube debajo de sus pies, de la nube salían rayos y relámpagos e iban a las manos y de su mano salían y alcanzaban la tierra. Al ver esta señal de la ira divina que iba a castigar la tierra y especialmente cierto lugar, por justos motivos que no puedo nombrar, empecé a pedir al ángel que se contuviera por algún tiempo y el mundo haría penitencia. Pero mi súplica era nada comparada con la ira de Dios. En aquel momento vi a la Santísima Trinidad. La grandeza de su Majestad me penetró profundamente y no me atreví a repetir la plegaria. En aquel mismo instante sentí en mi alma la fuerza de la gracia de Jesús que mora en mi alma; al darme cuenta de esta gracia, en el mismo momento fui raptada delante del trono de Dios. Oh, qué grande es el Señor y Dios nuestro e inconcebible es su santidad. No trataré de describir esta grandeza porque dentro de poco la veremos todos, tal como es. Me puse a rogar a Dios por el mundo con las palabras que oí dentro de mí.

475 Cuando así rezaba, vi la impotencia del ángel que no podía cumplir el justo castigo que correspondía por los pecados. Nunca antes había rogado con tal potencia interior como entonces. Las palabras con las cuales suplicaba a Dios son las siguientes: Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, por nuestros pecados y los del mundo entero. Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros.

476 A la mañana siguiente, cuando entré en nuestra capilla, oí esta voz interior: "Cuantas veces entres en la capilla, reza en seguida esta oración que te enseñé ayer". Cuando recé esta plegaria, oí en el alma estas palabras: "Esta oración es para aplacar Mi ira, la rezarás durante nueve días con un rosario común, de modo siguiente: primero rezarás una vez el Padre Nuestro y el Ave María y el Credo, después, en las cuentas correspondientes al Padre Nuestro, dirás las siguientes palabras: Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero; en las cuentas del Ave María, dirás las siguientes palabras: Por su Dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Para terminar, dirás tres veces estas palabras: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero".

viernes, 17 de mayo de 2013

Nuestra oración, sufrimiento y trabajo son muy agradables a Dios




"Mi salud ha mejorado un poco. Hoy he bajado al refectorio y a la capilla; aun no puedo encargarme de los deberes, me quedo en la celda con la lanzadera . Este trabajo me atrae muchísimo, pero todavía me canso hasta de un trabajo tan ligero. Veo que tengo muy pocas fuerzas.

No tengo momentos de ocio, porque cada instante de mi vida está lleno de oración, sufrimiento y trabajo; adoro a Dios de uno o de otro modo y si Dios me diera la vida otra vez, no se si la aprovecharía mejor.

El Señor me dijo: "Me deleito con tu amor; tu amor sincero es tan grato a Mi Corazón como la fragancia de un capullo de rosa a primera hora de la mañana cuando el sol no le ha secado todavía el rocío. El frescor de tu corazón Me encanta, por eso Me uno a ti tan estrechamente como a ninguna otra criatura….".

Unir nuestras acciones a los méritos de Jesús








"Esta noche el Señor me dijo: Abandónate toda a Mí en la hora de la muerte y Yo te presentaré a Mi Padre como Mi esposa. 

Ahora te recomiendo unir de modo particular tus acciones, aún sean las mas pequeñas, a Mis méritos  y entonces Mi Padre las mirará con amor como si fueran Mías". (D. 1543)

Sólo Dios da tranquilidad verdadera a nuestra alma




+ Malgasté muchas gracias de Dios, porque siempre tenia miedo de la ilusión. Y aunque Dios me atraía a Sí con tanta fuerza que a menudo no estaba en condiciones de oponerme a su gracia, cuando de repente era sumergida en Él y en aquellos momentos Jesús me llenaba tanto con su paz que después, aunque quisiera inquietarme, no podría.

Entonces oí en mi alma estas palabras: "Para que estés tranquila de que soy Yo el autor de todas estas demandas [hechas] a ti te daré una tranquilidad tan profunda, (67) que aunque quisieras inquietarte y asustarte, hoy no estaría en tu poder, pero el amor inundará tu alma hasta hacerte olvidar de ti misma".

viernes, 10 de mayo de 2013

Dios nunca nos da una prueba más grande de lo que podemos soportar, y nos concede siempre la gracia para superar toda prueba




+ Hoy el Señor me visitó y me dijo:

Hija Mía  no tengas miedo de lo que te sucederá, no te daré  por encima de tus fuerzas; conoces el poder de Mi gracia, que eso te baste. 

Tras estas palabras  el Señor me ha dado a comprender mas profundamente la actuación de su gracia. (D. 1491)

Mientras estamos en gracia Jesús siempre permanece en nuestro corazón






"Cuando permanecía cerca del Señor, dijo: ¿Por qué tienes miedo de emprender la obra que te encomiendo? 
Contesté: ¿Por qué en estos momentos me dejas sola, Jesús, y no siento Tu presencia?

Hija Mia, aunque no Me percibas en las más escondidas profundidades de tu corazón, no puedes afirmar que no estoy allí.   

Retiro solamente la percepción de Mi mismo, pero esto no debe ser para ti un impedimento para cumplir  Mi voluntad. Lo hago por Mis inescrutables proyectos que conocerás mas tarde. 
Hija Mía  has de saber de una vez por todas que solamente el pecado grave Me expulsa del alma, y nada más" (D. 1181)

Que cada alma implore para si la ayuda de la gracia






"Hoy tuve un gran disgusto de parte de cierta persona seglar. A base de una cosa verdadera ha contado muchas cosas inventadas, pero como todas esas cosas han sido tomadas por verdaderas y difundidas por toda la casa, cuando han llegado a mis oídos se me oprimió el corazón. 

¿Cómo es posible abusar de la bondad de uno? Pero he decidido no decir ni una palabra en mi defensa y a esa persona manifestarle aún mas bondad.

Pero me di cuenta de que tenia pocas fuerzas para soportarlo tranquilamente, dado que el asunto se prolongaba por semanas. Al ver que la tempestad estaba por desencadenarse y que el viento empezaba a tirar la arena directamente contra los ojos, he ido delante del Santisimo Sacramento y he dicho al Señor Jesús: Jesús, Te pido fuerza de Tu gracia actual cooperante, porque siento que no tengo fuerzas para esta lucha. Protégeme con Tu pecho.

De repente oí estas palabras: No tengas miedo, Yo estoy contigo. Al alejarme del altar una fortaleza y una tranquilidad misteriosas envolvieron mi alma y la tempestad que azotaba golpeó contra mi alma como contra una roca y la espuma de la tempestad cayó sobre aquellos que la habian provocado.

Oh, qué bueno es el Señor que pagará a todos según sus obras….. Que cada alma implore para si la ayuda de la gracia actual cooperante, ya que a veces la gracia ordinaria no es suficiente." (D. 1150)

Jesús nos ayuda para cumplir Su voluntad





"14 I 1937. Hoy Jesús ha entrado en mi pequeña habitación aislada, con una túnica clara, ceñido de un cinturón de oro; una gran Majestad resplandecía de toda su silueta y dijo: Hija Mía, ¿por qué te dejas llevar por pensamiento de miedo? 

Contesté: Oh Señor, Tu sabes por qué. Y me dijo: ¿Por qué?
Esta obra me asusta. Tú sabes que soy incapaz de cumplirla. 

Y me dijo: ¿Por qué? Ves que no tengo salud, no tengo instrucción, no tengo dinero, soy un abismo de miseria, tengo miedo de tratar con la gente. Jesús, yo deseo solamente a Ti, Tú puedes liberarme de esto.

Y el Señor me dijo: Hija Mía, lo que Me has dicho es verdad. Eres muy miserable y a Mi Me ha agradado realizar la obra de la misericordia precisamente a través de ti que eres la miseria misma. No tengas miedo, no te dejaré sola. Haz por esta causa lo que puedas, yo completaré todo lo que te falta; tú sabes lo que está en tu poder, hazlo.

El Señor miró en lo profundo de mi ser con gran benevolencia; pensé que iba a morir de gozo bajo esta mirada. El Señor desapareció, se quedó en mi alma la alegría, la fuerza y el ánimo para obrar, pero me sorprendí de que el Señor no quisiera liberarme, y no cambiara nada de lo que dijo una vez; y a pesar de toda esta alegría, hay siempre una sombra de sufrimiento. Veo que el amor y el sufrimiento van juntos."

(D. 881)

Con los sufrimientos aceptados y ofrecidos por amor a Dios diminuimos nuestro purgatorio





"(14) Una vez fui llamada al juicio de Dios. Me presenté delante del Señor, a solas. Jesús se veía como durante la Pasión. Después de un momento, estas heridas desaparecieron y quedaron sólo cinco: en las manos, en los pies y en el costado.

Inmediatamente vi. todo el estado de mi alma tal y como Dios la ve. Vi claramente todo lo que no agrada a Dios. No sabía que hay que rendir cuentas ante el Señor, incluso de las faltas más pequeñas. ¡Que momento! ¿Quién podrá describirlo? Presentarse delante del tres veces Santo, Jesús me preguntó: ¿Quién eres?

Contesté: Soy Tu sierva, Señor. Tienes la deuda de un día de fuego en el Purgatorio. Quise arrojarme inmediatamente a las llamas del fuego del Purgatorio, pero Jesús me detuvo y dijo: ¿Qué prefieres, sufrir ahora durante un día o durante un breve tiempo en la tierra? Contesté: Jesús, quiero sufrir en el Purgatorio y quiero sufrir en la tierra los más grandes tormentos aunque sea hasta el fin del mundo. Jesús dijo: Es suficiente una cosa. Bajarás a la tierra y sufrirás mucho, pero durante poco tiempo y cumplirás Mi voluntad y Mis deseos. Un fiel siervo Mío te ayudará a cumplirla.

Ahora, pon la cabeza sobre Mi pecho, sobre Mi Corazón y de él toma fuerza y fortaleza para todos los sufrimientos, porque no encontrarás alivio ni ayuda ni consuelo en ninguna otra parte. Debes saber, que vas a sufrir mucho, mucho, pero que esto no te asuste. Yo estoy contigo." (D.36)