+ ...Por la noche Jesús me dio el tema de la meditación. En el primer momento el temor y la alegría penetraron mi corazón. Entonces me estreché a su Corazón y el temor desapareció y se quedó la alegría.
Me sentí por completo como hija de Dios, y el Señor me dijo:
No tengas miedo de nada, lo que está vedado a los demás, te está concedido a ti; las gracias que a otras almas no les está concedido ver ni siquiera desde lejos, te nutren a ti cada día como el pan cotidiano." (D. 1753)
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