"La Humanidad no encontrará la paz hasta que no se vuelva con confianza a mi Misericordia" (Diario de Sor Faustina, 300)

jueves, 7 de marzo de 2013

Pedir luz a Dios para elegir bien al Director Espiritual




"+Diré una palabra más sobre el director de mi alma. Una cosa extraña es que sean tan pocos los sacerdotes que saben infundir al alma fortaleza, y ánimo, y valor de modo que el alma, sin cansarse, avanza siempre. Bajo una dirección de esta clase, el alma, aunque disponiendo de poca fuerza, puede hacer mucho para la gloria de Dios.

Y he conocido con esto un secreto, a saber, que el confesor, es decir, el director espiritual no menosprecia las cosas pequeñas que el alma le expone. Y el alma, al darse cuenta de que está controlada en esto, comienza a ejercitarse y no omite la mas pequeña ocasión de virtud y evita también las mas pequeñas faltas, y de esto, como de pequeñas piedras surge el magnifico templo del alma.

Y al contrario: si el alma se da cuenta de que el confesor menosprecia esas pequeñas cosas, también ella comienza a despreciarlas, dejará de dar cuenta de ellas al confesor, y aun peor, comenzará a descuidarse de las cosas pequeñas, y así, en vez de avanzar, retrocede poco a poco. Y el alma se da cuenta de ello sólo al caer ya en las cosas mas graves.

Y ahora surge una pregunta seria ¿de quién es la culpa? ¿De ella o del confesor, es decir, del director espiritual? Aquí me refiero más bien al director espiritual. Me parece que toda la culpa debe ser imputada al director espiritual imprudente; y al alma hay que atribuirle solamente este error de haber elegido al director espiritual por sí sola. El director espiritual había podido guiar bien al alma por los caminos de la voluntad de Dios hacia la santidad." (D. 937)

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