"La Humanidad no encontrará la paz hasta que no se vuelva con confianza a mi Misericordia" (Diario de Sor Faustina, 300)

jueves, 22 de noviembre de 2012

Abandono de uno mismo en Dios



Cuando Santa Faustina estaba muy enferma se abandonó a la Voluntad de Dios, y esto le trajo gran alegría y paz.


"Despues del primer examen el médico constató que el estado era grave. Sospecho hermana, que se trate de aquello por lo cual usted pregunta, pero, bueno, Dios todopoderoso lo puede todo.

Al entrar en mi habitación aislada, me sumergí en una oración de agradecimiento por todo lo que el Señor me había enviado a lo largo de toda mi vida, sometiendome completamente a su santísima voluntad. Un abismo de alegría y de paz inundó mi alma. Sentía una paz tan profunda que si en aquel momento hubiera venido la muerte no le habría dicho espera, porque todavía tengo asuntos que arreglar. No, la hubiera saludado con alegría, porque estoy preparada para el encuentro con el Señor no sólo desde hoy, sino desde el momento en que confié completamente en la Divina Misericordia, abandonándome plenamente a su santísima voluntad, llena de misericordia y de compasión. Sé lo que soy de por mí..." (Diario 1679)

Como un niño pequeño en brazos de su Madre, abandonémonos en los brazos de Dios Misericordioso.


Aquí un excelente libro electrónico que nos habla precisamente de este tema: "El abandono confiado a la Divina Providencia", de San Claudio de la Colombière, director espiritual de Santa Margarita María de Alacquoque: https://www.box.com/shared/egs5vo3o21

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