Estuve enferma cuatro meses pero no recuerdo que hubiera perdido por eso un solo minuto. Todo por Dios y por las almas, deseo serle fiel en todas partes.
En esa adoración conocí todo el cuidado y la bondad con la que Jesús me rodeaba y protegía de todo mal.
Jesús, Te doy gracias especialmente por haberme visitado en la soledad de mi celda y Te agradezco por haber inspirado a mis Superioras para que me enviaran a realizar ese tratamiento.
Concédeles, Jesús, la omnipotencia de Tu bendición y recompénsales por todas las pérdidas sufridas por mí." (Diario 1062)
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