"Escribe
de Mi Misericordia. Di a las almas que es en el tribunal de la
misericordia donde han de buscar consuelo; allí tienen lugar los
milagros más grandes y se repiten incesantemente.
Para obtener
este milagro no hay que hacer una peregrinación lejana ni celebrar
algunos ritos exteriores, sino que basta acercarse con fe a los pies de
Mi representante y confesarle con fe su miseria y el milagro de la
Misericordia de Dios se manifestará en toda su plenitud.
Aunque
un alma fuera como un cadáver descomponiéndose de tal manera que desde
el punto de vista humano no existiera esperanza alguna de restauración y
todo estuviese ya perdido. No es así para Dios.
El milagro de la
Divina Misericordia restaura a esa alma en toda su plenitud. Oh
infelices que no disfrutan de este milagro de la Divina Misericordia; lo
pedirán en vano cuando sea demasiado tarde." (D. 1448)
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