"La Humanidad no encontrará la paz hasta que no se vuelva con confianza a mi Misericordia" (Diario de Sor Faustina, 300)

miércoles, 12 de diciembre de 2012

La vida eterna debe iniciarse ya aquí en la tierra a través de la Santa Comunión


"Qué soy yo y qué eres Tú, Señor, Rey de la gloria, gloria inmortal.

Oh corazón mío, ¿te das cuenta de quién viene a visitarte hoy? Sí, lo sé, pero es curioso que no puedo comprenderlo. Oh, si fuera solamente un rey, pero éste es el Rey de reyes, Señor de los señores. Ante Él tiembla todo poder y autoridad. Hoy Él viene a mi corazón. Lo oigo acercarse, salgo a su encuentro y lo invito.

Cuando entró en la morada de mi corazón, mi alma se llenó de un respeto tan grande que se desmayó atemorizada, cayendo a sus pies. Jesús le dio su mano y le permitió bondadosamente sentarse a su lado. La tranquilizó:


Ves, he dejado el trono de los cielos para unirme a ti. Lo que estás viendo es apenas una pequeña muestra y tu alma se desmaya de amor.

¡Cuánto se asombrará tu corazón cuando Me veas en toda la plenitud de la gloria!

Quiero decirte, sin embargo, que la vida eterna debe iniciarse ya aquí en la tierra a través de la Santa Comunión. Cada Santa Comunión te hace más capaz para la comunión con Dios por toda la eternidad."


"Así que, Rey mío, no Te pido nada aunque sé que me puedes dar todo. Te pido sólo una cosa: sé el Rey de mi corazón por los siglos, eso me basta." (Diario 1810)

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