"La Humanidad no encontrará la paz hasta que no se vuelva con confianza a mi Misericordia" (Diario de Sor Faustina, 300)

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Teniendo a Dios en mi interior, ¿quién puede perjudicarme de algún modo?



"Ahora ya no me da amargura cuando padezco un sufrimiento, ni tampoco las grandes consolaciones me exaltan; se han adueñado de mi la paz y el equilibrio del espíritu que proviene del conocimiento de la verdad.

¿Qué me importa vivir rodeada de corazones enemigos, si tengo la plenitud de la felicidad en mi alma?

O también, ¿a qué me ayudará la bondad de otros corazones, si no tengo a Dios en mi interior?

Teniendo a Dios en mi interior, ¿quién puede perjudicarme de algún modo?"

(D. 455)

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