"..Durante la meditación sobre la muerte me he preparado como para la muerte real; hice el examen de conciencia y examiné minuciosamente todas mis acciones de cara a la muerte, y por mérito de la gracia mis actos llevaban en sí el sello del fin último, lo cual ha llenado mi corazón de gran agradecimiento a Dios y he decidido servir en el futuro a mi Dios con mas fidelidad.
Lo primero, hacer morir completamente al hombre viejo y empezar una vida nueva.
Por la mañana me he preparado para recibir la Santa Comunión como si fuera la última de mi vida y después de la Santa Comunión me he imaginado la muerte real y he rezado oraciones por los agonizantes y luego el De Profundis por mi alma, y mi cuerpo ha sido puesto en el sepulcro y dije a mi alma: Mira, lo que es de tu cuerpo, un montón de barro y una gran cantidad de gusanos. He aquí tu herencia." (D. 1343)
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