Agradece por todo
"En vísperas de los Ejercicios Espirituales empecé a rogar que Jesús me diera al menos un poco de salud para que pudiera participar en los ejercicios, porque me sentía tan mal que posiblemente fuesen los últimos para mi.
Pero en cuanto empecé a rezar, sentí en seguida un extraño descontento; interrumpí la plegaria de suplica y me puse a agradecer al Señor por todo lo que me enviaba, sometiéndome completamente a su santa voluntad, de inmediato sentí en el alma una profunda calma."
(D. 724)
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