"Ahora veo claramente cómo Dios obra por medio del confesor y cómo es fiel a sus promesas.
Hace dos semanas el confesor me ordenó meditar sobre la infancia del espíritu.
Al principio eso me resultaba algo difícil, sin embargo, el confesor sin hacer caso a mi dificultad, me ordenó continuar la meditación sobre la infancia del espíritu.
En la práctica esta infancia debe manifestarse así: El niño no se ocupa del pasado ni del futuro, sino que aprovecha el momento presente. Deseo destacar esta infancia del espíritu en usted, hermana, y doy a eso mucha importancia."
(D. 333)
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