"La Humanidad no encontrará la paz hasta que no se vuelva con confianza a mi Misericordia" (Diario de Sor Faustina, 300)

martes, 5 de febrero de 2013

Guía para una buena confesión





Nos dice Jesús: 

“Di a las almas que es en el tribunal de la 
misericordia donde han de buscar consuelo; (el 
Sacramento de la Confesión) ahí tienen lugar los 
milagros más grandes y se repiten incesantemente. 
Para obtener este milagro no hay que hacer una 
peregrinación lejana ni celebrar algunos ritos 
exteriores, sino que basta acercarse con fe a los pies de 
Mi representante y confesarle con fe su miseria y el 
milagro de la Misericordia de Dios se manifestará en 
toda su plenitud. Aunque un alma fuera como un 
cadáver descomponiéndose de tal manera que desde 
el punto de vista humano no existiera esperanza 
alguna de restauración y todo estuviese ya perdido. 
No es así para Dios. El milagro de la Divina 
Misericordia restaura a esa alma en toda su plenitud. 
Oh infelices que no disfrutan de este milagro de la 
Divina Misericordia; lo pedirán en vano cuando sea 
demasiado tarde.” (1448 Diario de Santa Faustina 
Kowalska) 

Nuestro Señor Jesucristo 
Rey de Misericordia 


Jesús, yo confío en Ti.


Dice Jesús: 
“...Que no tema acercarse a Mí el alma 
débil, pecadora y aunque tuviera mas 
pecados que granos de arena hay en la 
tierra, todo se hundirá en el abismo de 
mi Misericordia”(758) 
“Jamás rechazaré un corazón 
arrepentido, la miseria del pecador se ha 
hundido en el abismo de Mi 
misericordia” (1485) 


1. Hacer un examen de conciencia 
Esfuerzo sincero en recordar todos y cada uno de los 
pecados. 

2. 
Dolor de los pecados 
Reconocer que se ha ofendido a Dios que nos ama tanto. 

3. Hacer el propósito de no volver a pecar 
La simple y sincera determinación de no volver a pecar 
por amor a Dios. 

4. 
Decir los pecados al Sacerdote 
De una manera concisa, concreta, clara y completa. 

5. Cumplir la penitencia 
Cumplirla cuanto antes con humildad y dolor en 
desagravio, reparación y satisfacción de la culpa contraída 
al ofender a Dios. 

Teniendo presente que es Jesús quien por medio del 
Sacerdote nos perdona. 

GUÍA PARA UN EXAMEN DE CONCIENCIA 

MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS 

1º Amarás a Dios sobre todas las cosas 

• 
Tener a Dios como el mayor valor de mi vida. 
Empeño en conocerlo y cultivar mi fe. 
• 
Indiferencia religiosa... vivir como si Dios no 
existiera. No interesarse por conocer más a Dios. 
• 
Vivir obsesionado por las cosas materiales y 
temporales, olvidando a Dios 
• 
Creer en supersticiones (horóscopos, etc.), dándole 
la importancia que sólo debemos darle a Dios. 
• 
Dudar voluntariamente de Dios o de algún dogma de 
fe. Dudar de que Dios nos va a ayudar. 
• 
Abusar de la misericordia de Dios para cometer más 
pecados. 
• 
Callar por vergüenza pecados graves en la confesión. 
• 
Comulgar conscientemente con pecados graves. 
• 
Decir palabras irreverentes de Dios, de la Virgen, de 
los Santos, de la Iglesia o de los Sacerdotes. 

2º No jurarás el nombre de Dios en vano 

Honrar el nombre de Dios y todo lo que a Él se refiere. 
Respetar todo lo consagrado a Dios. 

• 
Jurar por Dios en falso, sin necesidad o por 
costumbre. Decir chistes sobre Dios o la religión. 
• 
Falta de respeto o irreverencia al nombre de Dios. 
• 
Prometer algo a Dios con ligereza o no cumplir lo 
prometido. 

3° Santificarás las fiestas 

Asistir a la Santa Misa los domingos y días festivos. 
Vivir la caridad todo el domingo: 

• 
No participar en misa completa y con atención. 
• 
No fomentar la práctica de la religión en mi familia y 
en los lugares donde convivo. 
• 
Ser causante de que mi familia se quede sin asistir o 
participar en misa. 
• 
Aceptar un trabajo remunerado en días festivos sin 
verdadera necesidad. 
• 
Estar distraído voluntariamente en la Santa Misa, 
viendo y criticando a los demás. 
• 
Ir indecentemente vestida a Misa con escotes o ropa 
muy ajustada, debemos respetar el Templo de Dios. 

4° Honrarás a tu padre y a tu madre 

Deberes con mis padres: amor, respeto, obediencia y 
ayuda en sus necesidades. 

• 
Entristecerlos con mi conducta. 
• 
Juzgarlos o hacer juicios de ellos. 
• 
Insultarlos, despreciarlos o juzgarlos injustamente. 
• 
Avergonzarme de ellos porque están enfermos, son 
menos instruidos o porque son ancianos. 
• 
No saber callar sus defectos. 
• 
Desobedecer sus mandatos. 
• 
Abandonarlos económicamente, sobre todo en su 
enfermedad o ancianidad. 
• 
Si han muerto, olvidarme de rezar por ellos. 
• 
No atenderlos en sus enfermedades o descuidar para 
ellos la administración de los Sacramentos .

5° No matarás 

Transmitir y conservar la vida, cuidar mi Vida y la de los 
demás. 

• 
Guardar odio, rencor o envidia a alguien. 
• 
Desear males graves a los demás o deseos de 
venganza. 
• 
Burlarse o criticar a otros. Chismes, cotilleo, etc. 
• 
Hablar cosas malas de otras personas verdaderas o 
falsas. Matar la buena fama de las personas. 
• 
Poner en peligro mi propia vida y la de los demás: 
gula, descuido, intento de suicidio, embriaguez, uso 
de las drogas, homicidio, exceso de velocidad, etc. 
• 
Impedir la transmisión y conservación de la vida, 
aborto procurado, anticoncepción, esterilización, 
fecundación artificial y eutanasia. 
• 
No cuidar mi salud, no atenderme debidamente si 
estoy enfermo, iniciar voluntariamente la anorexia o 
bulimia. 
• 
Causar daño físico grave a una persona. 

6° No cometerás actos impuros 

Vivir la pureza es la virtud moral que regula rectamente 
toda voluntaria expresión de placer sexual dentro del 
matrimonio, y excluye totalmente fuera del estado 
matrimonial. 

• 
Pensamientos, palabras, conversaciones, miradas 
impuras . 
• 
Realizar acciones deshonestas consigo mismo o con 
otra persona. (masturbación, relaciones sexuales 
fuera del matrimonio). 
• 
Pornografía en internet, revistas, cine, videos, 
espectáculos o diversiones deshonestas e inmorales. 
• 
No guardar decoro y pudor en la forma de vestir y 
comportamiento. 
• 
Permitir ocasiones próximas de pecado. 

7° No robarás 

Cuando una persona posee legítimamente unos bienes no 
se pueden quitar injustamente contra su voluntad. Dios es 
el dueño y Señor de todo mientras que nosotros somos 
sólo sus administradores. 

• 
Robar bienes ajenos 
• 
Causar daños graves a los bienes de otro. 
• 
Fraude: aprovecharse de las necesidades, la 
ignorancia o descuido de los demás para sacar 
dinero. 
• 
Hacer trampas en las compras o en las ventas. 
• 
Las apuestas o juegos de azar en donde se arriesga 
lo necesario para vivir. 
• 
No utilizar rectamente los recursos propios o 
familiares, hacer trampas en los exámenes escuela. 
• 
No pagar las deudas, retener el salario de los 
obreros, no devolver lo que se me ha confiado. 

8° No levantarás falsos testimonios ni mentirás 

Todo hombre posee el derecho a no ser engañado, al 
honor la buena fama. Dios es verdad, lo que va contra la 
verdad no de Dios. 

• 
Mentir con daño grave para el prójimo. 
• 
Difamar al prójimo: murmuración, calumnia, crítica 
destructiva, chismes. 
• 
Atestiguar una cosa falsa. 
• 
Comunicar información grave que los demás no 
deben saber. 
• 
Insultar injustamente de palabra o de obra en 
presencia ofendido. 
• 
Escuchar con gusto la calumnia y la difamación. Si 
se escucha por mera curiosidad el pecado es leve, 
pero si es motivada por el odio, el pecado podría ser 
mortal. 

9° No desearás la mujer o el varón que no es tu 
cónyuge 

El uso de la función sexual logra su verdadero sentido y 
su rectitud moral sólo en el matrimonio legítimo. Y tiene 
una dignidad pues hace a los padres partícipes del poder 
creador de Dios. 

• 
Adulterio mental o físico. 

• 
Dañar las relaciones afectivas de los miembros de un 
hogar o una relación de novios. 
• 
Aceptar ocasiones y amistades peligrosas. 

10° No desearás los bienes ajenos 

El corazón del hombre ha de estar libre de todo tipo de 
ataduras, pues sólo así es capaz de amar a Dios con la 
plenitud que Él ha ordenado. Los bienes materiales son 
medios para obtener la propia perfección humana y 
espiritual, no son fines en sí mismos. 

• 
Avaricia: deseo desordenado de los bienes 
materiales, Haciéndonos esclavos de lo que ha sido 
creado para nuestro servicio. 
• 
Materialismo excesivo, lujo desenfrenado, 
desperdicio abuso de las cosas. 
• 
Envidiar lo que tienen los demás. No estar contento 
con lo que tengo, desear de mala manera lo que 
tiene mi prójimo, no sufrir con paciencia la estrechez 
económica al punto de compartir lo que tengo.

PECADOS DE OMISIÓN: 

el bien que estaba a mi alcance hacer y que nunca 
hice. 


MANDAMIENTOS DE LA SANTA IGLESIA 

1. 
Oír misa los domingos y fiestas de guardar 
2. 
Confesarse cuando menos una vez al año, o cuando 
se ha de comulgar y no se está en gracia. 
3. 
Comulgar. por Pascua de Resurrección. 
4. 
Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo 
manda la Iglesia. 
5. 
Contribuir al sostenimiento de la Iglesia según 
posibilidades de cada uno. 

PECADOS CAPITALES. 

1° Soberbia: amor desordenado de nuestra propia 
excelencia. 

• 
Pensar sólo en sí mismo y en los propios intereses. 
• 
Vanidad: preocupación excesiva por el vestido, 
adornos, etc 
• 
Orgullo y egoísmo 
• 
Hipocresía: fingir cualidades que no se tienen. 
2° Avaricia: amor desordenado de los bienes materiales. 

• 
Adquirir bienes por medios ilícitos. 
• 
No ayudar al necesitado cuando se es posible. 
3° Lujuria: apetito de deleites carnales. 

• 
Ver lo que enseña al Sexto y al Noveno Mandamiento 
de la ley de Dios. 
4° Ira: acaloramiento del ánimo o deseo de venganza. 

• 
Odios y rencores. 
• 
No perdonar ofensas. 
5° Gula: apetito desordenado en el comer y el beber. 

• 
Embriaguez. 
• 
Comer más de lo necesario por placer. 
6° Envidia: pesar o tristeza por el bien ajeno. 

• 
Deseo desordenado por los bienes o cualidades de 
otros. 
7° Pereza: decaimiento del ánimo en el buen obrar. 

• 
Flojera 
• 
Perder el tiempo, ver horas la TV, en internet, juegos 
de video etc. 
• 
No cumplir con las obligaciones 


ACTO DE CONTRICIÓN 

Pésame, Dios mío, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; pésame, por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más pesa, porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como Vos. Antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente no pecar más y evitar las ocasiones próximas de pecado. Amén.







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