+ Ejercicios Espirituales de ocho días, 20 X 1936
Oh Jesús mio, hoy me retiro al desierto para hablar solamente Contigo, mi Maestro y Señor. Que la tierra calle, hablame Tu solo, Jesús; Tu sabes que no comprendo otra voz que la Tuya, oh buen Pastor.
En la morada de mi corazón se encuentra el desierto al que ninguna criatura tiene acceso. En él sólo Tú eres el Rey.
(D. 725)
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