"Comprendí que en algunos, los más duros momentos,
estaré sola, abandonada de todos y tengo que hacer frente a todas las
tempestades y luchar con toda la fuerza del alma incluso contra aquellos de los
cuales esperaba ayuda.
Pero no estoy sola, porque Jesús está conmigo, con Él no
tengo miedo de nada. Bien me doy cuenta de todo y sé que es lo que Dios exige
de mi. El sufrimiento, el desprecio, el escarnio, la persecución, la
humillación, todo esto lo compartiré siempre, no conozco otro camino, por un
amor sincero, la ingratitud.
Este es mi sendero trazado por Jesús. Oh Jesús mío, mi fuerza y mi única esperanza,
solamente en Ti está toda mi esperanza. Mi confianza no se verá defraudada." ( D. 746)
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