
"1934. Una vez vine a mi celda y estaba tan cansada que antes de comenzar a desvestirme tuve que descansar un momento, y cuando estaba desvestida, una de las hermanas me pidió que le trajera un vaso de agua caliente.
A pesar del cansancio, me vestí rápidamente y le traje el agua que (126) deseaba, aunque de la cocina a la celda había un buen trecho de camino y el barro llegaba a los tobillos.
Al entrar en mi celda vi. un copón con el Santísimo Sacramento y oí esta voz:
Toma este copón y llévalo al tabernáculo.
En un primer momento vacilé, pero me acerqué y cuando toqué el copón, oí estas palabras:
Con el mismo amor con que te acercas a Mí, acércate a cada una de las hermanas y todo lo que haces a ellas Me lo haces a Mí. Después de un momento me di cuenta de que estaba sola." (Diario 285)
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