
"Hoy mi alma se prepara para la venida del Salvador que es la bondad y la misericordia misma.
Las tentaciones y distracciones me sacuden y no me dejan prepararme para la venida del Señor.
Deseo fervientemente recibirte, oh Señor, porque sé que cuando vengas, me liberarás de estos tormentos. Y si Tu voluntad es que sufra, entonces fortaléceme para la lucha.
Jesús, Salvador que Te dignaste venir a mi corazón, aleja estas distracciones que me impiden hablar Contigo.
Jesús me contestó: "Quiero que seas como un oficial entrenado en la lucha que, entre el estruendo de las balas, sabe dar órdenes a los demás. Igualmente tu, hija Mía, entre las más grandes dificultades, has de saber dominarte y que nada te aleje de Mi, ni siquiera tus caídas."
No hay comentarios:
Publicar un comentario