"Deseo satisfacer a Jesús según la clase del pecado. Hoy, durante siete horas he llevado una cintura de cadenitas para impetrar por cierta alma la gracia del arrepentimiento; a la séptima hora sentí alivio, porque aquella alma en su interior ya recibía el perdón aunque todavía no se había confesado. El pecado de los sentidos: mortifico el cuerpo y ayuno según permiso que tengo; el pecado de soberbia: rezo con la frente apoyada en el suelo; el pecado de odio: rezo y hago una obra de caridad a la persona con la cual tengo dificultades, y así, según la clase de pecados conocidos, satisfago la justicia". (Santa Faustina Kowalska, Diario 1029)
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